Roadtrip to the Jungle!

Cocodrilos bajo los puentes



Playas desiertas en la mañana








Playas desiertas al atardecer



Relec - Extra Fuerte

No había vuelto a usar Relec desde hacía tiempo. En San José no hay tantos mosquitos como uno podría pensar. Será que huyen del frío y ajetreo de la ciudad. En mi casa alguna cucaracha y ratón sí que hemos visto pero mosquitos, no muchos.
Pero ahora llueve bastante y parece que al empezar la temporada de lluvia han hecho su aparición estelar también en San Pedro, mi barrio, que desde la montaña parecía observarlos desde las alturas. La lluvia se deja caer sobre el techo de lata de mi habitación y forma charcos en la puerta de casa. La humedad y la luz de mi cuarto en la madrugada los atrae, sin duda.


Acudí a Relec y lo encontré medio enterrado en mi bolsa de aseo, entre las cremas de protección solar factor 50, la maquinilla de afeitar y antibióticos varios que hace tiempo también había dejado de usar. El olor a Relec me recordó a los primeros días de mi viaje. Cuando llegué a San José fue precisamente la primera vez que lo usé. Recuerdo que pensé: ¡qué efectivo! No sabía entonces que los mosquitos de San José no eran nada en comparación con los de aquella noche en la tienda de campaña junto a la playa en Manuel Antonio o los de alguna de las noches en las que se fue la luz en la Isla de Ometepe. O en Kukra Hill, donde a partir de las 12 se cortaba la electricidad y el ventilador dejaba de ser un arma efectiva para espantarlos. Ah, y en aquella habitación en Hostal Unicornio, junto al Lago Atitlán, donde descubrir que los ruidos que se escuchaban en la noche eran sólo mosquitos suponía casi un alivio.


Han sido varias noches de Relec y yo juntos pero ya casi había olvidado su intenso olor. Para mí los olores son como la música, me recuerdan momentos o lugares. Al oler Relec de nuevo vinieron a mi memoria todas esas noches de aventura y en ocasiones soledad de mi viaje. Aventura y soledad buscadas en un principio y recurrentes al final.


Son las 3.30 de la madrugada y sigue lloviendo de forma intermitente sobre el tejado de mi cuarto. La bombilla encendida los atrae. No estoy solo en casa ni San José es ya para mí aventura, pero voy a volver a usar Relec antes de irme a dormir. Por si las moscas.

Koninginnedag @ Club Oh


Quien me iba a decir a mi que celebraria el Dia de la Reina este año? En San Jose se celebro en Club Oh, pero como era una fiesta patrocinada por Heineken habia que vestir de verde en lugar de naranja como en Holanda. Nosotros no obstante pusimos nuestro toque naranja a la fiesta. Y nuestro toque de extranjeros, por supuesto!

reggaetón

Con el reggaetón he pasado por diversas fases, desde odiarlo e intentar evitarlo por todos los medios (imposible) hasta finalmente llegar a saberme las letras de algunas canciones. Si no puedes con el enemigo... únete a él, no??

Centroamérica Express


Los casi tres meses que me ha llevado llegar hasta Guatemala desde Costa Rica, lo he recorrido a la inversa en tan sólo una semana con paradas en varias ciudades para dormir: Antigua, Copán, Comayagua y León.

De mi paso por Honduras puedo decir que casi me fundo con el asfalto. A pesar de no haber lava cerca, la mañana que pasé por Tegucigalpa creo que el termómetro marcaba los 42° y se veía como el 43 parpadeaba, deseando aparecer. De Honduras me encantó Copán, a pesar de que no fui a las ruinas mayas (demasiado calor!). Comayagua fue la capital de Honduras por un tiempo antes de que pasara a ser Tegucigalpa por lo que hay un bonito centro histórico y edificios coloniales. No obstante, no me pareció muy espectacular en comparación con Antigua, Granada o León.



En León quedé con Luisa, una amiga de Managua, y estuvimos dando vueltas y perdiéndonos (literalmente) por las calles de León bajo un sol también considerable. Me gustó mucho León. También fue capital por un tiempo, de Nicaragua esta vez, por lo que abunda la arquitectura colonial de grandes casas con patios abiertos, enormes puertas de madera y techos altísimos. Es también la ciudad donde transcurrió la niñez de Rubén Darío y una de las cunas de la revolución sandinista. Me gustó también porque al estar menos desarrollada turísticamente, creo que conserva un carácter propio mayor que otras ciudades coloniales de Centroamérica.



León ha sido la sede intelectual de la nación, con una universidad fundada en 1813. Fue cabecera de la Intendencia de León de Nicaragua, establecida en 1787, y de la Provincia de Nicaragua y Costa Rica, que existió de 1812 a 1814 y de 1820 a 1821. En la ciudad de León se firmó el acta de independencia absoluta de Nicaragua y Costa Rica de la Monarquía Española, el 11 de octubre de 1821. Posteriormente fue capital del Estado de Nicaragua. Hasta el nombramiento de Managua como capital de Nicaragua en 1858, León rivalizó con Granada para dicha representatividad. (wikipedia.com)


Ante la imposibilidad de cambiar mi billete para volver a España, me voy a quedar en Centroamérica un tiempo más. Y como ya andaba un poco cansado de ir de hostal en hostal y de ciudad en ciudad siguiendo una especie de recorrido para mochileros, he decidido pasar el tiempo que me queda hasta mi vuelta a casa (4 de junio) en tal vez no la ciudad más bonita de Centroamérica pero sí una de mis favoritas: San José.

Volcán Pacaya

El Volcán Pacaya es el volcán con mayor actividad de América. La subida se hace caminando sobre restos de ceniza y piedras volcánicas de anteriores erupciones y, mientras subes, se va sintiendo cada vez más el calor que emanan las piedras de debajo, el olor a azufre y cómo la suela de las zapatillas se comienza a fundir a tus pies si permaneces encima de una misma roca por mucho tiempo...





San Marcos La Laguna

San Marcos La Laguna es un pueblo maya de unos 2000 habitantes en las orillas del Lago Atitlan. El pueblo se ha convertido en una especie de refugio espiritual para muchos y abundan los centros de terapias alternativas y espirituales que ofrecen desde masajes a lecturas del tarot pasando por cursos de reiki, meditacion o yoga.


Yo llego dispuesto a relajarme por unos dias y en plan mistico me apunto a algunas clases de meditacion en el Centro de Meditacion Las Piramides. Este centro, que tambien es hospedaje para la gente que realiza los cursos, tiene todas sus estructuras en forma de piramide, incluyendo dos grandes piramides de madera donde se hacen los cursos. Pero hospedarse en Las Piramides no es barato en comparacion con el resto de hostales asi que opto por Hotel Unicornio, que es una serie de cabañas alrededor de un patio central y donde cada habitacion tiene el nombre de un planeta del Sistema Solar. Doy las clases de meditacion en el templo del sol (una piramide de madera enorme) y me quedo con ganas de volver a Las Piramides para probar tal vez el Curso de la Luna, un curso de 40 dias que comienza cada luna llena. Mientras estamos en el curso, afuera se escucha la musica maya que acompaña las peculiares celebraciones de Semana Santa de los indigenas de San Marcos.

En San Marcos tengo mi primer contacto con la poblacion indigena de Guatemala. Subo hasta el pueblo llevado por la musica que la Iglesia no para de emitir durante todo el dia y me quedo totalmente impresionado. Alli me encuentro una iglesia celebrando Semana Santa donde lo catolico se mezcla con las antiguas tradiciones mayas. Por los altavoces suena musica y alguien hablando en dialecto maya. De la puerta de la igleisa y en el interior cuelgan diversas frutas que se cultivan en la zona, como una especie de ofrenda, a la vez que una alfombra de flores. Las mujeres se asoman desde la puerta a la iglesia con sus coloridos trajes y, en el campo de baloncesto que hay al lado, los hombres y niños bailan danzas que no comprendo. La tranquilidad de los indigenas me invade por un momento. Las niñas van en grupos de dos o tres, se sientan, observan... no es necesario hablar ni llenar silencios. La gente habla en kakchiquel, uno de los dialectos mayas que han sobrevivido y el español queda relegado a un distante segundo plano y se usa para comunicarse con los extranjeros que, como yo, contemplamos atonitos el paisaje.


Mis dias de relax, meditacion y baños en el Lago Atitlan se animan por las noches en el recien abierto Cafe Cultural. Terry, una californiana de unos 60-70 anhos, es la dueña del local. Terry creo que debio ser una de las del movimiento hippie de if you are going to San Francisco, be sure to wear some flowers in your head. Despues de California se mudo a San Marcos y monto La Posada del Bosque Encantado, un hotelito y restaurante muy acogedor en mitad de un bosque (encantado?) que ahora se amplia con noches de musica en vivo en Cafe Cultural. Desde boleros y musica folk cantada por Terry misma a bossa nova de Jobim interpretada por el grupo formado por los cocineros y camareras del cafe. Por cierto que la cantante y camarera es igualita a Lourdes, la compañera de piso de Jamie en Madrid, pero en argentina... y me acuerdo de ella porque estoy seguro de que Lou seria feliz en este lugar con el rollo reiki y demas. Entre las letras se me queda en la cabeza la letra de una cancion de Terry que dice algo asi como I like my men like I like my whiskey - aged and mellow y otra de Jobim: o que você não sabe nem sequer pressente, é que os desafinados também têm um coração.