Nicaragua - Isla de Ometepe


Llegué a Peñas Blancas a mediodía y crucé a pie la frontera hasta Nicaragua. La bienvenida no fue muy grata porque unos oficiales nicas insistían en que no podía ingresar en el país ya que mi pasaporte caducaba en junio de este año y por tanto no había seis meses de diferencia. En fin, al final entre unos y otros parecía que sólo podía arreglarse o dando 30 $ o regresándome a SJO y arreglando papeles allí en la Embajada española. Yo me negaba a dar dinero para pasar, así que tras un rato pasé de la amabilidad de turista europeo perdido a la de mochilero cabreado y sin ganas de tener que dar dinero por la cara. Tras media hora de dar el coñazo me pusieron el sello en el pasaporte sin pagar y me dijeron que tenía que ir a que me renovaran el pasaporte en el consulado de algún país centroamericano, ya que según me dijeron desde Nicaragua hasta México no hay fronteras.

En la frontera, tomé un taxi hasta San Jorge (a 40 km de la frontera con CR), y allí un ferry para llegar a la Isla de Ometepe, al sur de Nicaragua. En Ometepe un 70% de la población es de tipo aborigen, una mezcla de los Chibchas, Tiwanacos con Mangues, luego Chorotegas y Nicaraguas. La Isla de Ometepe es la isla de agua dulce más grande del mundo y tiene dos volcanes, Concepción (todavía activo) y Maderas. La última erupción seria del Volcán Concepción fue en 1957. Por lo que cuentan, el gobierno de Nicaragua envió un barco para que evacuara a la gente y nadie quiso abandonar sus hogares.

Al llegar a Moyogalpa, la ciudad donde te deja el ferry, te da la sensación de haber vuelto atrás en el tiempo unas cuantas décadas. La gente por la noche anda con las puertas abiertas viendo televisión y con sillas a la calle para comentar los sucesos del día con los vecinos. Yo llego al primer hotel que encuentro y al día siguiente decido cambiarme al Hospedaje Central, que es más barato y además organizan tours y excursiones. Decido unirme a Johan y Anne Marie a una excursión que van a hacer en bici a un sitio llamado Charco Verde, una playa y laguna con vistas del volcán Madera. Johan y AM son una pareja de holandeses que están de viaje por Centroamérica 6 meses y se quedan estupefactos cuando me escuchan hablar en holandés... de algo tenía que servir haber vivido en Holanda y todos esos cursos de Nederlands en la universidad.

Mientras íbamos los tres en bici, mi rueda empezó a rozar con un tubo hasta que se hace prácticamente imposible seguir adelante. Los holandeses, que ya están acostumbrados, me llevan en su bici y así como pudimos logramos llegar hasta Charco Verde. La vista desde allí es espectacular, con una isleta y el Volcán Maderas de fondo.

La laguna del Charco Verde está situada al sur de Ometepe. Sus bordes están cubiertos de árboles de guabo, cocojonches, tulares, zarzas, conene, caballero blanco, lechugas, gamalotes, algas en abundancia y por eso es por lo que recibe el adjetivo de verde. Es un criadero de tortugas, cuajipales, peces de toda especie y diversas aves acuáticas. Las leyendas del Charco Verde datan desde el período de la colonia, Francisco Rodríguez o Chico Largo, era descendiente de los brujos más sabios que se fugaron de Rivas al llegar allí Gil González Dávila. Chico Largo tenía conocimientos de brujerías. La gente alrededor de su persona fueron creando las leyendas hasta llegar a creer en "El Encanto". "El Encanto" era una ciudad que supuestamente existía debajo de la laguna, poblada por todas aquellas personas que llegaban al Charco Verde y cortaban alguna fruta o tomaban algún otro objeto. Cuentan que cazadores persiguiendo sus presas quedaron perdidos en el encanto. También había personas que hacían pacto con Chico Largo y que, cuando se les cumplía el plazo, eran llevados al "Encanto" y convertidos en vacas toros, cerdos, lagartos o tortugas. Los que menos le debían a Chico Largo, quedaban en forma de persona, para que se encargaran de aseo y cuidado de los animales y de la ciudad. Allí nadie cocinaba, a la hora de comer aparecían de pronto las mesas bien arregladas y con las comidas que el encantado, Chico Largo, deseara. Chico Largo era un hombre sencillo, alto, flaco, fuerte, ojos negros, cabellos lacios, nariz afilada, labios finos, usaba cotona de manta y sombrero de palma. Chico Largo montaba a caballo, le gustaba pasear por las noches y jamás buscó mujer. Eso lo hacía aún más misterioso.

Lo que yo puedo decir de Charco Verde es que justo en ese lugar mientras estábamos bañándonos, la pantalla de mi cámara misteriosamente murió. La cámara sigue haciendo fotos, pero no puedo verlas en la pantalla. Así que a partir de ahora creo que no habrá fotos con ángulos o encuadres espectaculares. Además, tuve que volver de Charco Verde en bus con la bicicleta rota. Creo que a Chico Largo no le gustó demasiado nuestra visita.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me recuerdas a un personaje de julio verne dude, u crazy, primero que nada felicitarte por tus rencillas ganadas con las aduanas y en segundo lugar, dude, mira jamiescove.blogspot.com jajjajaj
disfruta y u know be yourselfffffffffffff

Anónimo dijo...

smuch smuch de culitooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo...aunque no oigas mucho de mi, que sepas que me acuerdo de ti todos los días